Que es Ansiedad

Queremos controlar la ansiedad, los ataques de ansiedad, en definitiva: curar la ansiedad, para ello primero debemos saber qué es la ansiedad.


Que es Ansiedad
En un caso típico, tras un periodo en el que no te encontrabas muy bien físicamente, en el que estabas algo más excitado de lo habitual (puede que tampoco en exceso), has ido notando como esos problemas aumentaban hasta el punto de convertirse en problemas incapacitantes, esto es: el problema ha aumentado y te impide continuar con tu vida normal.

Acudes a tu medico con la convicción de que tienes alguna enfermedad (grave, algo incurable y fatal) y descubres un diagnóstico inesperado: tu problema es mental. Tienes un problema de ansiedad, un trastorno en tu mente es el causante de todos tus problemas.

Este diagnóstico puede tener distintos nombres, puedes sufrir
  • Trastorno de ansiedad generalizada.
  • Ataques de pánico.
  • Agorafobia.
  • Angustia.
  • Fobia social.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Estrés agudo.
  • Estrés post-traumático.
  • ...

Todos estos nombres tienen un elemento común: son un trastorno de ansiedad.

Antiguamente los problemas mentales no eran considerados como enfermedades, con el tiempo se apercibieron del peso real de estos trastornos en la salud y comenzaron a considerarlos. Dado que no se conocía gran cosa sobre ellos, se englobaban con la denominación genérica de Neurosis. Con la llegada de Freud, estos trastornos fueron clasificados en grupos más concretos para especializar el estudio y tratamiento para su cura, una especialización que se ha ido ampliando hasta el momento actual.

En un proceso inverso, podemos volver atrás en las especializaciones realizadas y considerar el problema de ansiedad en su esencia, podemos – a la hora de definir la ansiedad - describir todos estos trastornos por su origen común.


Qué es la ansiedad realmente



Hablar de ansiedad es hablar de los orígenes del ser humano como especie. En los primeros tiempos de los humanos, cuando tenían que competir contra un entorno hostil con la poca aptitud física de la que estaban (estamos) dotados, tuvieron que desarrollar algún sistema que les permitiera superar estas adversidades.

El cerebro desarrolló una capacidad para que, al percibir determinadas señales, previera que nos acechaba un peligro y disparara el sistema de alerta. Un sistema que incluye la generación de determinadas sustancias, la activación de determinados sistemas y que dejen de funcionar otros, un sistema automático que prepara nuestro cuerpo para contar con las mayores garantías de superar este peligro con éxito (bien sea huyendo o luchando).

Este sistema es, por tanto, muy beneficioso y permitió que la especie sobreviviera hasta la época actual. A este sistema es al que llamamos Ansiedad.



Actualmente, los humanos ya no solemos tener que enfrentarnos a esos primeros peligros. En nuestras vidas ya no suele existir el peligro inminente de perder la vida a manos de un depredador o caernos por un precipicio. Los peligros han cambiado pero el sistema ansiedad sigue activo, previendo los nuevos peligros.

Para aquellos que no padecen ansiedad, probablemente la manera más inmediata de saber a qué nos estamos refiriendo sería recordar el estado de excitación descontrolada antes de entrar a realizar una entrevista de trabajo o en la sala de espera de maternidad cuando iba a nacer nuestro primer hijo. Ese nerviosismo incontrolado y que pone en tensión cada músculo de nuestro cuerpo, que hace que dejemos de salivar, que incrementa nuestro ritmo cardiaco, etc., eso es la ansiedad (en estos casos, próximo a un ataque de ansiedad).

En realidad no existía ningún peligro para nuestra integridad. El peligro que percibíamos era el del estar haciendo algo de lo que dependía nuestro futuro (remarcar el tema del futuro pues – como veremos en otros artículos – es esencial en el entendimiento y control de la ansiedad).

De lo anterior podemos concluir dos cosas:
  • La ansiedad es un sistema preventivo beneficioso.
  • La ansiedad está presente en todos los humanos.

Así pues, si es beneficioso y está en todos, ¿cómo nuestro problema es el de tener ansiedad?. La cuestión es meramente de economía de expresión, cuando nos dictaminan que padecemos de ansiedad, en realidad lo que nos han dictaminado es que padecemos de trastorno de ansiedad.

El trastorno de ansiedad, como su nombre indica, es una alteración, un mal-funcionamiento del sistema ansiedad. Una alteración que hace que ante determinadas señales nuestro cerebro perciba de manera equivocada el peligro y dispare el sistema de alerta. La frecuencia de este error de percepción y el nivel de amenaza de la que informe hará que nuestra ansiedad responda a acontecimientos precisos, acotados, definidos o sea general y que la respuesta sea más o menos persistente y más o menos pronunciada.



Como veremos en próximos artículos, la ansiedad es un trastorno que tiene asociados muchos y muy distintos síntomas. Este es el hecho principal de que muchas personas que padecemos de trastorno de ansiedad seamos inicialmente reticentes al diagnóstico.

Acudimos la médico sin sentirnos especialmente nerviosos o alterados, tenemos un problema físico: sensaciones de desmayo, dolores en la zona cervical, problemas gástricos, sensaciones de hormigueo, palpitaciones, etc., sensaciones muy expresas y reales manifestadas en momentos de una manera exagerada (veremos que esto son las llamadas crisis de ansiedad, ataques de ansiedad o ataques de pánico). Como insistimos al especialista, tenemos problemas físicos reales, muy reales y, por tanto, nuestro problema no puede ser de origen mental.

Aunque nos sentimos diferentes en realidad somos iguales y, aunque pensamos que el nuestro es un caso especial, en realidad es igual al de las demás personas que padecen de ansiedad: el problema de la ansiedad se puede estar manifestando de una manera física muy palpable y real, pero su origen no es físico sino mental.

Somos muy conscientes de la dificultad que tiene asumir que el nuestro pueda ser un problema mental que se está manifestando de una manera tan física. Entendemos la tendencia natural a considerar que el nuestro es un caso singular, distinto y de diagnóstico equivocado, Somos conscientes de la valoración social de este tipo de problemas y del hecho de romper el esquema básico de alteración física como respuesta a problema físico, pero: El primer paso en controlar ataques de ansiedad será aprender qué es la ansiedad y asumir que ese es el problema contra el que vamos a tener que trabajar.